
Aranceles del 50% ponen en jaque a los autos chinos en México: se redefine su futuro en el país
Automotriz23/10/2025
Industrial Insider
La promesa que catapultó a las marcas automotrices chinas en México —más tecnología por menos dinero— podría tener los días contados. El Gobierno federal prepara un incremento arancelario de hasta 50% para los vehículos provenientes de países sin tratados de libre comercio, incluyendo a China, una medida que amenaza con reconfigurar el mercado automotriz nacional a partir de 2026 y golpear de lleno a los fabricantes asiáticos que, en apenas tres años, pasaron de ser jugadores marginales a representar más del 8% del mercado, según cifras oficiales.
Desde el interior de la industria se reconoce que el ajuste marca el fin de una era de crecimiento acelerado basado en precios agresivos. Modelos de marcas como MG, Chirey, BYD y Geely llegaron a venderse con diferencias de hasta 100,000 pesos frente a sus equivalentes japoneses o estadounidenses. Esa ventaja competitiva, sustentada en bajos costos de manufactura y subsidios estatales, podría evaporarse si se concreta el nuevo arancel.
“Ya nos dijeron en la Secretaría de Economía que el arancel sí va”, revela una fuente con conocimiento directo de las mesas de diálogo. Aunque aún no se ha publicado la medida oficial, fabricantes como Chirey ya trabajan con escenarios múltiples. “Tenemos el plan A, el plan B, el plan C y el plan D, dependiendo de la magnitud, tamaño y tiempos de los aranceles”, explicó Svein Azcue, director de operaciones de la firma.
Diversificación logística y relocalización industrial
La mayoría de las automotrices chinas han comenzado a diseñar estrategias defensivas. La más inmediata: diversificar las importaciones desde otras plantas fuera de China. Chirey, por ejemplo, cuenta con 16 fábricas fuera del país asiático, incluidas instalaciones en Brasil y España, lo que le otorga cierta flexibilidad logística para esquivar el golpe arancelario.
Geely, por su parte, apuesta a su red de producción global, con presencia en EE.UU., Reino Unido, Suecia y Bélgica, entre otros países. “No solo somos una marca china, somos una marca global”, afirmó Ricardo Arvizu, gerente de producto de Geely México. La empresa planea reordenar su logística para enfrentar los nuevos costos sin impactar de forma abrupta al consumidor.
Changan y GAC también se preparan. Mientras que Changan prioriza una logística más ágil en lugar de sobrecargar inventarios, GAC contempla la posibilidad de crear un inventario de seguridad para amortiguar el impacto inicial. “Es un análisis muy cuidado”, advierte Sergio González, director de ventas de la firma.
Las marcas premium, menos vulnerables
Otras compañías como Zeekr, perteneciente al grupo Geely, consideran que su enfoque premium las hace menos susceptibles al impacto. “El cliente tiene el poder adquisitivo para asumir las fluctuaciones”, argumenta Edgar Suárez, director general de Zeekr México. Aun así, la marca implementa medidas logísticas y negociaciones con proveedores para minimizar el traslado del sobrecosto al consumidor final.
¿Producción local a la vista?
El anuncio ha reavivado un viejo debate: ¿deberían los fabricantes chinos instalar plantas en México? La idea, que hasta hace unos meses era considerada una estrategia a mediano o largo plazo, hoy se perfila como una necesidad urgente. La posibilidad de manufacturar en territorio mexicano permitiría esquivar aranceles tanto de México como de Estados Unidos, especialmente en un contexto donde el expresidente Donald Trump ha sugerido imponer más impuestos a las importaciones chinas si regresa al poder.
Algunas marcas como BYD han puesto en pausa sus planes de instalación industrial debido a la incertidumbre geopolítica. Sin embargo, otras como GAC consideran que el nuevo contexto puede acelerar sus decisiones de inversión local. “El plan de poner una planta en México ya estaba desde antes. Con todo este tema, esto pueda servir como una oportunidad para esos planes”, comentó González.
Fin de un modelo, inicio de una transformación
El eventual arancel del 50% pondrá a prueba no solo la rentabilidad del modelo chino en México, sino también la capacidad de adaptación de las marcas asiáticas ante un entorno regulatorio más hostil. A pesar de los retos, la mayoría de las automotrices aseguran que no abandonarán el país.
“Pase lo que pase, nos vamos a quedar en México”, afirmó tajante el directivo de Chirey. La pregunta no es si seguirán, sino cómo. Con nuevas rutas de importación, ajustes logísticos, posibles alianzas estratégicas y, en el mejor de los casos, con producción local. El mercado automotriz mexicano está por entrar en una nueva fase, menos dependiente del precio y más enfocada en resiliencia e innovación.





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