AICM busca aumentar operaciones ante llegada masiva de turistas por el Mundial 2026, mientras pilotos y controladores aéreos negocian mejoras laborales

El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) se prepara para un incremento extraordinario de tráfico aéreo en 2026 con motivo de la Copa Mundial de Futbol, ante lo cual su dirección analiza solicitar un aumento en el número de operaciones por hora, actualmente limitado a 44. La solicitud, que sería presentada a la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) en los primeros meses de 2026, forma parte de una estrategia para anticiparse al flujo proyectado de 5.5 millones de turistas, según estimaciones de la FIFA.

Así lo confirmó el almirante Juan José Padilla Olmos, director general del AICM, en entrevista con Milenio, al detallar que el planteamiento se formalizará una vez que se haya alcanzado el 45 % de avance en las obras de remodelación de la terminal, programadas para febrero. “Cuando tengamos lista esta serie de remodelación, le pediremos a la AFAC que nos revise y si cumplimos con todos los requisitos, seguramente analizarán con cuántas operaciones más nos podrían apoyar”, precisó el funcionario.

Padilla Olmos anticipó que el incremento en la afluencia de viajeros comenzará a sentirse desde diciembre de este año, una vez realizado el sorteo oficial del Mundial que definirá las sedes para cada selección. Delegaciones internacionales podrían comenzar a enviar avanzadas técnicas para revisar campos de entrenamiento, opciones de hospedaje y logística.

Frente a este panorama, el AICM ha comenzado a reforzar sus capacidades operativas. Entre las medidas destacadas están los programas de capacitación al personal, módulos de información multilingües distribuidos en la terminal y asistencia especializada para viajeros que enfrenten contratiempos con documentación o conexión terrestre. “Tendremos personal que domine dos o tres idiomas para tener una mejor comunicación con todos los viajeros”, añadió el director.

El plan de expansión de operaciones del AICM ocurre en medio de tensiones laborales en el sector aéreo. Por un lado, los controladores aéreos del Sindicato Nacional de Controladores de Tránsito Aéreo (Sinacta) suspendieron una manifestación prevista para este 3 de diciembre tras el inicio de negociaciones con el gobierno federal para mejorar sus condiciones salariales y laborales. En un comunicado, el sindicato expresó su confianza en que las autoridades actúen “con sensibilidad” y destacó el papel de las Secretarías de Hacienda y de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes, quienes participan en el diálogo por instrucción directa de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Por otro lado, el Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM) y la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) manifestaron su preocupación por la contratación de tripulaciones extranjeras en aerolíneas mexicanas, como ocurrió recientemente con Volaris. Aunque celebraron la instalación de mesas de trabajo para revisar el marco regulatorio de la Ley de Aviación Civil, exigieron que se garantice la exclusividad del espacio aéreo mexicano para pilotos nacionales. “Hay un compromiso del gobierno para que no vuelva a ocurrir una situación similar”, aseguró Jesús Ortiz Álvarez, secretario general de ASPA.

En paralelo, el Grupo Aeroportuario del Centro Norte (OMA), que administra 13 terminales aéreas en el país, anunció inversiones por aproximadamente 16 mil millones de pesos para el periodo 2026-2030. Esta cifra será destinada a modernizar aeropuertos como Monterrey, Mazatlán, Acapulco, Zihuatanejo y Zacatecas, entre otros, en el marco de su nuevo Plan Maestro de Desarrollo. La empresa reportó además una utilidad neta de 1,510 millones de pesos en el tercer trimestre de 2025 y un crecimiento del tráfico de pasajeros de 7.7 %, con 7.6 millones de viajeros en ese periodo.

El sistema aeroportuario nacional se encamina así a una etapa de alta exigencia logística y de transformación estructural, con el Mundial como catalizador. La combinación de eventos deportivos globales, inversiones privadas y reformas laborales coloca al sector aéreo mexicano ante una oportunidad crítica, pero también frente a desafíos que exigen coordinación institucional y visión de largo plazo.