
Rivian apuesta su futuro al SUV eléctrico R2 en plena turbulencia del mercado estadounidense
Automotriz20/10/2025

Rivian atraviesa un momento decisivo. Luego de años marcados por bajos volúmenes de venta, interrupciones en la cadena de suministro tras la pandemia y un entorno económico adverso, la joven automotriz estadounidense prepara el lanzamiento más importante desde su fundación: el SUV eléctrico R2, un modelo más accesible y compacto que buscará disputar el dominio del Tesla Model Y en un mercado cada vez más incierto para los vehículos eléctricos (VE).
Desde el interior de la operación se han conocido detalles que permiten entender por qué su director ejecutivo, RJ Scaringe, considera al R2 como el punto de inflexión que necesita la compañía. “Soy muy parcial, pero creo que el R2 va a impulsar un cambio radical en la adopción general de vehículos eléctricos”, declaró recientemente a Forbes, comparando su potencial impacto con lo que significó Tesla en sus primeros años.
La estrategia de Rivian es clara: el R2 será más pequeño, más económico y más versátil que el SUV R1S y la pickup R1T, con un precio base de 45,000 dólares, por debajo del precio promedio de un vehículo nuevo en Estados Unidos. Estará disponible en el mercado a partir de 2026 y se fabricará en la planta de Normal, Illinois, que tendrá capacidad para producir más de 160,000 unidades anuales. Además de su competitivo precio, Scaringe asegura que el R2 destacará por su autonomía de 480 kilómetros, capacidades todoterreno y un software actualizable, pilares que busca convertir en ventajas clave frente a sus rivales.
La propuesta no podría llegar en un contexto más complejo. A nivel nacional, las ventas de vehículos eléctricos muestran señales contradictorias. Aunque en el último trimestre superaron el 10% del mercado, la desaparición de créditos fiscales federales —impulsada por la actual administración estadounidense— amenaza con frenar su crecimiento. El Tesla Model Y, líder indiscutido del segmento con más de 265,000 unidades vendidas hasta el tercer trimestre, se ha beneficiado de incentivos fiscales que ya no estarán disponibles, lo que podría reconfigurar las reglas del juego.
Fuentes del sector aseguran que este nuevo escenario favorecerá a los fabricantes con propuestas sólidas, capaces de competir sin depender de subsidios gubernamentales. “El beneficio para nosotros, y diría que también para Tesla, es que el mercado comenzará a comportarse de forma más natural”, afirma Scaringe. A diferencia de otros fabricantes que ofrecieron arrendamientos con grandes descuentos para cumplir metas regulatorias, Rivian apuesta a una demanda genuina, basada en el valor real de sus productos.
En contraste con Elon Musk —figura cada vez más polarizante debido a sus vínculos con el gobierno de Trump y su retórica en redes sociales— Scaringe representa una imagen más sobria y técnica: doctorado en ingeniería mecánica por el MIT, vegano, amante de los deportes al aire libre y con un discurso centrado en la sostenibilidad. Aunque inspirado en Tesla, Scaringe evita la confrontación pública y mantiene un perfil alejado de la política, lo cual podría jugar a su favor en un entorno donde la imagen corporativa es cada vez más determinante.
La ambición de Rivian no se limita al mercado estadounidense. Tras su lanzamiento inicial, el R2 será exportado a Europa, aunque la compañía no ha revelado el calendario exacto. Además, Rivian busca ampliar su presencia a través de la tecnología: su plataforma de software, considerada una de las más avanzadas del sector, será utilizada por el grupo Volkswagen como parte de una alianza estratégica de 5,800 millones de dólares que incluye el desarrollo conjunto de vehículos eléctricos.
Sin embargo, el desafío es enorme. “El R1 fue una introducción a la marca, pero el R2 es crucial. Diría que la supervivencia de la compañía depende del éxito del R2 como su modelo de mayor volumen”, advierte Ed Kim, presidente de AutoPacific. Según sus estimaciones, superar las 100,000 unidades vendidas al año sería un logro significativo, pero ninguna automotriz —aparte de Tesla— lo ha conseguido hasta ahora en el segmento eléctrico.
En un mercado que podría estabilizarse en apenas un 8% de participación para los vehículos eléctricos en 2026, la competencia será feroz. Grandes fabricantes como GM y Ford están revisando a la baja sus ambiciones eléctricas, mientras marcas como Nissan y Honda han comenzado a retirar algunos modelos del mercado. Rivian, en cambio, redobla su apuesta en un momento donde la claridad estratégica y la ejecución técnica pueden marcar la diferencia entre liderar o desaparecer.
El R2 no solo es un nuevo modelo en la línea de producción de Rivian: es su carta de supervivencia. Y en un entorno donde los subsidios menguan, las expectativas crecen y la paciencia de los inversores se agota, no hay espacio para fallar.




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