México reducirá jornada laboral a 40 horas semanales para 2030: reforma gradual busca equilibrio entre productividad y bienestar

El Gobierno de México presentó este martes los lineamientos de una reforma histórica que reducirá la jornada laboral semanal de 48 a 40 horas, en una implementación gradual que se extenderá de 2027 a 2030. La iniciativa, según informaron las autoridades federales, es resultado de un proceso de diálogo amplio entre gobierno, trabajadores y empresarios, y busca transformar las condiciones laborales sin afectar los derechos adquiridos ni la viabilidad operativa de las empresas.

Durante la conferencia matutina en Palacio Nacional, el secretario del Trabajo y Previsión Social, Marath Bolaños, detalló que el dictamen fue construido a partir de más de 40 foros y mesas técnicas realizadas durante los últimos cinco meses, en las que participaron más de dos mil representantes del sector productivo, académico y sindical. “La evidencia internacional demuestra que reducir la jornada laboral trae beneficios no solo para las y los trabajadores, sino también para las unidades económicas y para la economía en general”, subrayó el funcionario.

El texto de la reforma establece que la nueva jornada de 40 horas semanales quedará inscrita tanto en la Constitución como en la Ley Federal del Trabajo, sin que ello implique una reducción en los sueldos, salarios o prestaciones laborales. Además, se fijan nuevos límites legales: la combinación de horas ordinarias y extraordinarias no podrá exceder las 12 horas en un solo día. Las horas extra seguirán siendo voluntarias y deberán ser pagadas al doble —y al triple en los primeros cuatro casos—, sin que formen parte de la jornada ordinaria.

El cronograma planteado contempla un periodo de preparación en 2026, seguido de reducciones progresivas de dos horas anuales: en 2027 la semana laboral será de 46 horas, en 2028 de 44, en 2029 de 42 y en 2030 se alcanzará el objetivo de 40 horas. La reforma también incluye la prohibición de que menores de edad realicen horas extra y exige a los empleadores llevar un registro de las jornadas ordinarias y extraordinarias para fines de verificación y cumplimiento.

Desde el interior del Gobierno Federal se insiste en que esta reforma no solo responde a una reivindicación histórica del movimiento obrero, sino que representa un cambio de paradigma hacia una economía más humana, donde el tiempo personal y familiar tenga mayor valor. En ese sentido, Bolaños destacó que “la jornada de 40 horas le devuelve tiempo de vida a las y los trabajadores”.

Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum resaltó que el acuerdo fue posible gracias a la voluntad de todos los sectores y enfatizó que la gradualidad es clave para dar certidumbre al sector productivo. “No representa un costo adicional significativo para las empresas”, afirmó, al tiempo que recordó que 2026 será un año de adecuación para que empleadores y trabajadores se preparen sin disrupciones.

El respaldo sindical también fue contundente. Reyes Soberanis Moreno, presidente del Congreso del Trabajo, celebró el cumplimiento del compromiso presidencial y reiteró que el sector laboral no solo apoya la reforma, sino que la defenderá activamente. “Tenemos propuestas concretas para cada sector y para cada tipo de empresa. Es momento de construir un país con justicia social”, concluyó.

La iniciativa será enviada al Congreso de la Unión en 2026 para su discusión y eventual aprobación. De avanzar como está previsto, México se sumaría a la tendencia internacional que busca jornadas laborales más cortas y eficientes, siguiendo ejemplos recientes de países europeos y latinoamericanos que han implementado reducciones similares sin afectar su competitividad.

Esta transformación representa una reconfiguración profunda del mercado laboral mexicano y, de concretarse, colocaría al país en una nueva etapa de modernización laboral centrada en la dignidad, el bienestar y el equilibrio entre trabajo y vida personal.