México prepara respuesta estratégica ante aranceles al acero y aluminio de Trump

Nacional21/03/2025Industrial InsiderIndustrial Insider
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La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo informó que su administración ya trabaja con empresarios acereros mexicanos en una estrategia de respuesta ante la eventual ratificación de los aranceles del 25 por ciento a las exportaciones de acero y aluminio hacia Estados Unidos, impuestos por el presidente Donald Trump.

Durante su participación en la 81 Asamblea Anual de la Cámara de la Industria de Transformación (CAINTRA) en Nuevo León, Sheinbaum sostuvo un encuentro con representantes del sector acerero, tanto productores como empresas que dependen de los derivados del metal. Ahí se discutieron alternativas para minimizar el impacto de las medidas comerciales en toda la cadena de valor del sector.

“Ellos quedaron de revisar, en caso de que no podamos modificar este acuerdo con Estados Unidos, cuáles son las medidas que nosotros tendríamos que hacer, tomando en cuenta toda la cadena del acero”, explicó la mandataria en Palacio Nacional.

Según Sheinbaum, las medidas de respuesta deben considerar no solo a los productores, sino también a los usuarios industriales del acero, incluyendo aquellos que dependen de insumos importados. El objetivo es proteger el empleo y la competitividad del sector sin generar distorsiones internas.

Desde el 12 de marzo, Estados Unidos impone aranceles del 25 por ciento al acero y al aluminio importado, medida que afecta principalmente a México, Brasil, Corea del Sur y Vietnam en acero, así como a Emiratos Árabes Unidos, Rusia y China en aluminio. Aunque el gobierno mexicano ha conseguido dos prórrogas para otros productos bajo el marco del T-MEC, los metales no quedaron exentos.

La industria del acero en México enfrenta con esto un escenario complejo, dado que el país es uno de los principales exportadores de productos metálicos a Estados Unidos. La situación también genera fricciones dentro del propio ecosistema industrial, al ser un insumo clave para sectores como el automotriz, la construcción y la manufactura avanzada.

“Se va a hacer esta propuesta en caso de que no se llegue a un acuerdo. Se está trabajando en ello”, aseguró la presidenta.

La decisión final de Washington se espera para el mes de abril, y desde el entorno empresarial se ha solicitado una revisión técnica de los flujos comerciales, argumentando que México ya cumple con las reglas de origen del T-MEC y que no constituye una amenaza para la industria estadounidense.

Por ahora, el gobierno federal mantiene su apuesta por la negociación directa en Washington, al tiempo que avanza en un plan de contingencia que combine medidas fiscales, ajustes logísticos y posibles acciones comerciales recíprocas, sin comprometer la estabilidad macroeconómica ni la apertura comercial que ha caracterizado al país en las últimas décadas.

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