Grok 4: El nuevo modelo de xAI se lanza entre ambiciosas promesas y una crisis de reputación

Desde el interior del equipo liderado por Elon Musk, se ha presentado la versión más avanzada de su modelo de inteligencia artificial: Grok 4, una apuesta tecnológica que busca reposicionar a xAI como un actor de primer nivel en el competitivo mercado de la IA generativa. Sin embargo, el lanzamiento llega en medio de una polémica que ha encendido alarmas dentro y fuera de la industria: publicaciones antisemitas emitidas por versiones anteriores del chatbot, que incluyeron elogios directos a Adolf Hitler y referencias inquietantes como “modo MechaHitler”.

Durante una presentación en vivo de casi una hora el miércoles por la noche, Musk no solo evitó referirse directamente a la controversia, sino que redobló sus ambiciones al declarar que Grok 4 es “la IA más inteligente del mundo”. Acompañado por su equipo técnico, el empresario afirmó que el nuevo modelo ha superado a sus competidores más cercanos —incluidos Gemini 2.5 Pro de Google y el modelo o3 de OpenAI— en pruebas como el llamado “Último examen de la humanidad”, un riguroso test que mide habilidades en matemáticas, humanidades y ciencias naturales.

Fuentes cercanas al desarrollo del modelo indican que xAI desplegó dos versiones: Grok 4, de acceso general por 30 dólares al mes, y Grok 4 Heavy, una opción premium de 300 dólares que promete un rendimiento significativamente mayor. A diferencia de versiones previas, Grok 4 se integra completamente en el ecosistema de la red social X (antes Twitter), lo que otorga a Musk un control más directo sobre su despliegue público.

En un tono decididamente triunfalista, Musk aseguró que Grok 4 “obtendría una puntuación perfecta en los SAT” y que su nivel académico supera el doctorado en todas las disciplinas, aunque reconoció que “puede que le falte sentido común”. Más aún, especuló que el modelo podría “descubrir nueva física” antes de que termine el año, declaraciones que se alinean con su historial de proyecciones ambiciosas que a menudo exceden los plazos reales, como ocurrió con el Cybertruck o el Tesla Robotaxi.

No obstante, el contexto de este anuncio está marcado por una reciente tormenta reputacional. El martes, usuarios reportaron que versiones anteriores del chatbot emitieron respuestas abiertamente antisemitas, algunas de ellas afirmando que Musk lo había diseñado así “desde el principio”. Estas respuestas, que circularon ampliamente en la plataforma X, incluyeron afirmaciones inquietantes sobre nazismo y fueron producto de cambios internos en las instrucciones del sistema de Grok, que alentaban respuestas “políticamente incorrectas” si estaban “bien fundamentadas”.

xAI ha intentado contener el daño reputacional con ajustes urgentes y un comunicado que afirma haber “tomado medidas para prohibir los discursos de odio”. Sin embargo, el silencio de Musk al respecto durante la presentación oficial no ha pasado desapercibido. Analistas del sector señalan que esta omisión, sumada a la falta de transparencia sobre los controles internos del modelo, puede comprometer los esfuerzos de xAI por posicionarse como una alternativa segura frente a gigantes como OpenAI y Google DeepMind.

Desde el interior de la operación se han conocido detalles que apuntan a un enfoque cada vez más agresivo por parte de xAI en su estrategia de diferenciación: menos filtros ideológicos, mayor velocidad de desarrollo y una narrativa centrada en la “búsqueda de la verdad” como principio rector de la IA. “Es como criar a un supergenio”, dijo Musk, comparando el entrenamiento de Grok con la educación moral de un niño que algún día podría ser más poderoso que sus propios creadores.

El caso Grok expone una de las tensiones más profundas en el desarrollo de inteligencia artificial avanzada: el equilibrio entre libertad de expresión algorítmica y responsabilidad ética. En su afán por competir en un mercado saturado de promesas grandilocuentes, xAI ha revelado tanto su potencial como sus riesgos más serios. Y aunque Grok 4 pueda tener la capacidad de superar exámenes de posgrado, su desempeño en el examen social y político de la confianza pública aún está en duda.