Trump impulsa cierre de histórica fusión entre Nippon Steel y U.S. Steel con inédita acción de oro

Internacional18/06/2025Industrial InsiderIndustrial Insider
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Después de 18 meses de incertidumbre y oposición política, la japonesa Nippon Steel concretó la adquisición de U.S. Steel por 14,900 millones de dólares, un movimiento sin precedentes no solo por su escala, sino también por las condiciones impuestas para su aprobación, marcadas por el regreso del presidente Donald Trump al centro de decisiones estratégicas.

El acuerdo, cerrado el miércoles, incluye la compra del 100% de las acciones de U.S. Steel a 55 dólares por unidad, como fue originalmente ofrecido en diciembre de 2023. Pero el verdadero punto de inflexión fue la firma de un pacto de seguridad nacional con el gobierno de Estados Unidos, que otorgó a Trump un inusual poder de veto a través de una “acción de oro” no económica y el derecho a nombrar a un miembro en el consejo de administración.

Desde el interior del proceso se revela que esta cláusula fue determinante para que el Comité de Inversión Extranjera en EE.UU. (CFIUS) diera luz verde a la transacción, luego de que la administración Biden la bloqueara a principios de año. La acción de oro impide decisiones estratégicas como cierres de plantas, traslados de empleos al extranjero, cambios de nombre o sede, así como futuras adquisiciones, sin el visto bueno del Ejecutivo.

Expertos en seguridad nacional advierten que este tipo de condiciones podría generar incertidumbre entre inversionistas extranjeros interesados en compañías estadounidenses, al establecer un precedente de intervención gubernamental directa en decisiones corporativas.

Sin embargo, desde el entorno empresarial se percibe el cierre como un logro pragmático: la adquisición inyectará 11,000 millones de dólares de inversión hasta 2028, incluyendo 1,000 millones en una nueva planta siderúrgica, y permitirá a Nippon Steel evitar 565 millones de dólares en comisiones por desmantelamiento. Además, posiciona a la firma como una fuerza dominante, acercándose a su meta de 100 millones de toneladas anuales de producción de acero crudo.

Fuentes cercanas al acuerdo señalan que Trump capitalizó políticamente el proceso, convirtiendo la fusión en un símbolo de “inversión extranjera bajo control soberano”, particularmente en un estado clave como Pensilvania, sede histórica de U.S. Steel y campo de batalla electoral.

La adquisición ocurre en un contexto de nacionalismo económico en alza, con aranceles del 50% al acero extranjero que siguen dando ventajas a empresas con operaciones dentro de EE.UU. Para Nippon, representa la oportunidad de acceder directamente a proyectos de infraestructura estadounidenses en expansión, sorteando las restricciones comerciales que enfrentan otros competidores globales.

Lo que emerge de esta fusión no es solo una nueva entidad industrial, sino un modelo potencialmente replicable en futuros acuerdos internacionales en sectores estratégicos. En la era Trump, la inversión foránea ya no basta; debe acompañarse de alineación política y concesiones estructurales que garanticen la permanencia del control nacional.

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