Trump impone aranceles del 25 % a automóviles importados y sacude la industria automotriz global

Internacional27/03/2025Industrial InsiderIndustrial Insider
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles la imposición de aranceles del 25 % a todos los automóviles y partes automotrices importados a su país, en un movimiento que escalará significativamente la guerra comercial global. Esta medida, que entrará en vigor el 3 de abril a las 12:01 a.m., hora de Miami, busca fortalecer la industria automotriz estadounidense al incentivar que las plantas de ensamblaje y producción regresen al territorio nacional.

“Francamente, el amigo ha sido muchas veces mucho peor que el enemigo. Y lo que vamos a hacer es imponer un arancel del 25 % a todos los autos que no se fabriquen en Estados Unidos”, declaró Trump antes de firmar el decreto en la Oficina Oval.

Durante décadas, debido a acuerdos comerciales como el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá), las cadenas de suministro automotriz de Canadá, México y EE. UU. han operado como un solo sistema, donde las piezas y los vehículos terminados cruzan las fronteras varias veces antes de llegar a los concesionarios.

El nuevo arancel rompe esta dinámica al imponer gravámenes no solo a vehículos ensamblados en el extranjero, sino también a piezas clave como motores y transmisiones, que serán gravadas a partir del 3 de mayo. Aunque las piezas provenientes de Canadá y México estarán exentas inicialmente, estas solo evitarán los aranceles hasta que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. implemente un sistema para identificar y gravar las partes no estadounidenses.

La medida de Trump afecta directamente a los tres grandes fabricantes estadounidenses: General Motors (GM), Ford y Stellantis, cuyos modelos dependen en gran medida de componentes fabricados en México y Canadá. Tras el anuncio, las acciones de GM cayeron más del 7 %, mientras que Ford y Stellantis retrocedieron más del 4 % en las operaciones posteriores al cierre del mercado.

Expertos estiman que el costo de producción de vehículos fabricados en EE. UU. aumentará entre $3,500 y $12,000 dólares por unidad debido a los aranceles. Esta escalada de costos se trasladará inevitablemente a los consumidores, lo que podría provocar un aumento drástico en los precios de los automóviles en el mercado estadounidense.

“No existe un automóvil completamente estadounidense”, advirtieron analistas del sector. Actualmente, ningún vehículo fabricado en EE. UU. supera el 75 % de contenido nacional, pues la industria depende de piezas mexicanas y canadienses para mantener costos competitivos.

Los vehículos ensamblados en México, como el Chevrolet Blazer o el Honda HR-V, podrían quedar fuera del mercado si los aranceles encarecen demasiado su precio. Además, versiones de camionetas Ram y Chevrolet Silverado, fabricadas en Saltillo, México, podrían ser retiradas si su producción no es rentable.

Incluso si los fabricantes optan por trasladar la producción de estos modelos a EE. UU., el proceso llevaría años y requeriría inversiones millonarias, complicando aún más la transición.

México produjo 4 millones de vehículos en 2024, de los cuales 2.5 millones (61 %) fueron exportados a EE. UU., según S&P Global Mobility. En Canadá, las plantas fabricaron 1.3 millones de vehículos, exportando 1.1 millones (86 %) al mercado estadounidense.

El impacto de estos aranceles no solo afectará a los trabajadores mexicanos y canadienses, sino también a las plantas de piezas automotrices en EE. UU., que dependen de la continuidad de estas cadenas de suministro. Si las plantas mexicanas y canadienses reducen o suspenden operaciones, los proveedores estadounidenses de piezas podrían verse obligados a recortar producción y empleos, lo que afectaría a 550,000 trabajadores en EE. UU.

La Unión Europea (UE), que condenó rápidamente la medida, advirtió que evaluará medidas de represalia en los próximos días. Canadá, por su parte, ha dejado entrever que podría tomar medidas similares. El primer ministro de Ontario, Doug Ford, instó al gobierno canadiense a “mantenerse firme y preparar aranceles de represalia”.

Si Canadá y México deciden imponer aranceles a los vehículos ensamblados en EE. UU., esto podría llevar a una reducción significativa de la producción automotriz estadounidense, lo que afectaría aún más a los trabajadores y la economía del país.

Según estimaciones de Cox Automotive, alrededor del 30 % de la producción automotriz de Norteamérica, es decir, 20,000 vehículos al día, podría detenerse debido a estos aranceles, lo que provocaría una disminución drástica de la variedad de modelos y un encarecimiento de las opciones para los consumidores.

El aumento de precios y la menor oferta de vehículos asequibles podría impactar negativamente al mercado estadounidense, generando una caída en las ventas y afectando a millones de trabajadores relacionados directa e indirectamente con la industria automotriz.

El movimiento de Trump marca una ruptura radical con la integración comercial de Norteamérica que ha definido la industria automotriz durante décadas. Aunque busca revitalizar la manufactura nacional, las consecuencias a corto y mediano plazo podrían ser devastadoras para la economía estadounidense, mexicana y canadiense.

A medida que se acerca la fecha límite del 2 de abril, cuando expiran las exenciones actuales, la incertidumbre en el sector automotriz crece, y la posibilidad de una escalada de represalias comerciales podría desencadenar una crisis sin precedentes en la industria automotriz de la región.

 

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