Washington reconsidera su ofensiva comercial: Trump prepara aranceles más acotados para el 2 de abril

Internacional24/03/2025Industrial InsiderIndustrial Insider
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Fuentes cercanas a la Casa Blanca confirmaron este lunes que el Gobierno de Estados Unidos planea reducir el alcance de la esperada batería de aranceles recíprocos que el presidente Donald Trump presentará el próximo 2 de abril, en una aparente señal de contención frente a las crecientes preocupaciones sobre una posible intensificación de la guerra comercial global.

De acuerdo con Bloomberg y The Wall Street Journal, la nueva estrategia se enfocará en medidas más específicas y no en una imposición generalizada como se temía inicialmente. Aunque el presidente ha insistido en que la fecha marcará el “Día de la Liberación” comercial de EE.UU., el anuncio evitaría en esta ocasión aranceles sectoriales a industrias clave como la automotriz, los semiconductores o la farmacéutica.

A su vez, se contempla que ciertos países o bloques económicos sean excluidos de la ofensiva arancelaria, siempre y cuando no mantengan aranceles activos contra productos estadounidenses ni registres superávits comerciales significativos con la primera economía del mundo.

Aunque el equipo de Trump aún no ha definido el destino de las tarifas adicionales anunciadas contra México y Canadá, suspendidas temporalmente a inicios de marzo, se percibe en Washington un ánimo de moderación condicionado por los avances que ambos países han demostrado en el combate al tráfico de fentanilo y la migración irregular, puntos centrales de presión de la Casa Blanca en la reactivación de su agenda proteccionista.

Esta filtración ha tenido un efecto inmediato en los mercados financieros. Wall Street respondió con optimismo y los tres principales índices bursátiles cerraron con ganancias notables, reflejo del alivio de los inversionistas ante una postura menos agresiva de lo anticipado.

Desde su regreso a la presidencia el 20 de enero, Trump ha adoptado una retórica de firmeza comercial bajo la consigna de corregir lo que considera un “sistema injusto de déficits” para Estados Unidos. El retorno de los aranceles ha sido justificado como una herramienta de presión para frenar flujos migratorios, contener la entrada de fentanilo y repatriar manufactura que, a juicio del mandatario, “fue entregada a países como México, Canadá o China durante décadas de debilidad política”.

Sin embargo, analistas señalan que la fragilidad económica interna, la resistencia de aliados tradicionales y la amenaza latente de una recesión en países clave como México —donde Fitch y la OCDE ya proyectan cifras negativas para 2025— han empujado a Washington a recalibrar su discurso sin abandonar su postura estratégica.

Aunque lo que se presente este 2 de abril distará del paquete expansivo anunciado inicialmente, todo apunta a que la lógica de “reciprocidad” seguirá guiando la política comercial estadounidense, con una estructura diseñada más para provocar negociaciones bilaterales que para generar disrupciones inmediatas en las cadenas globales de valor.

Los próximos días serán clave para confirmar hasta dónde llega esta nueva cautela y qué sectores —o países— quedan finalmente bajo el radar de una política comercial que, a pesar de los ajustes, mantiene una vocación confrontativa.

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