México rechaza dar incentivos a fabricantes chinos de autos eléctricos
Automotriz18/04/2024Industrial InsiderEl gobierno mexicano ha decidido no ofrecer incentivos a los fabricantes de automóviles chinos para la producción de vehículos eléctricos, debido a la presión ejercida por Estados Unidos. Esta medida se ha tomado para evitar ofrecer ventajas como terrenos públicos de bajo costo o reducciones fiscales, según informaron tres funcionarios mexicanos cercanos al tema.
Las autoridades mexicanas han mantenido una postura firme ante los fabricantes chinos, negándose a brindarles estímulos similares a los otorgados en el pasado. Incluso, se ha suspendido la posibilidad de futuras reuniones con estos fabricantes, según indicaron las fuentes, que prefirieron mantenerse en el anonimato.
Tanto la oficina del presidente Andrés Manuel López Obrador como la Secretaría de Economía, encargada de promover la industria y el comercio, no han emitido comentarios al respecto hasta el momento.
La intervención estadounidense ha sido evidente, reflejando una preocupación creciente de la industria automotriz, sindicatos y círculos políticos en Washington. Existe el temor de que los fabricantes chinos, como BYD, SAIC, Geely, Chery y JAC, utilicen a México como una puerta trasera para vender vehículos eléctricos en Estados Unidos sin pagar aranceles, que actualmente son del 27.5%.
La postura mexicana se produce en medio de presiones políticas en Estados Unidos para aumentar los aranceles a las importaciones de vehículos chinos. Sin embargo, esta decisión contrasta con el interés de algunos políticos mexicanos, como Claudia Sheinbaum, favorita para ganar las elecciones presidenciales de junio, de atraer más producción automotriz al país y crear empleos.
A pesar de los desafíos, fabricantes como BYD continúan buscando establecerse en México, aunque ahora están explorando incentivos ofrecidos por los gobiernos estatales, que son menos favorables que los federales.
México se encuentra en una situación complicada entre las dos principales potencias automotrices del mundo, en medio de la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) programada para 2026. Los funcionarios mexicanos temen que acciones que molesten a Estados Unidos puedan afectar negativamente las negociaciones futuras sobre el acuerdo comercial.