Tesla acelera el despliegue de robotaxis en San Francisco pese a dudas regulatorias

Automotriz25/07/2025Industrial InsiderIndustrial Insider
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Tesla se prepara para lanzar su servicio de robotaxis en San Francisco este fin de semana, según un memorando interno citado por Business Insider, en lo que representa el primer despliegue a gran escala del sistema de conducción autónoma total de la empresa en un entorno urbano densamente poblado. La iniciativa marca un paso crucial para Elon Musk, quien ha redoblado su apuesta por la inteligencia artificial y los vehículos autónomos como el futuro de Tesla, en un momento de ventas debilitadas y presión competitiva en el mercado de autos eléctricos.

La operación cubrirá un extenso perímetro del Área de la Bahía, desde Marin hasta San José, incluyendo San Francisco y zonas del Este de la Bahía, en una modalidad geovallada. De acuerdo con el informe, algunos propietarios de vehículos Tesla serán invitados a usar el servicio de manera limitada, lo que sugiere un despliegue inicial bajo un esquema de prueba o invitación controlada.

Sin embargo, el anuncio se produce en medio de un panorama regulatorio incierto. Funcionarios del Departamento de Vehículos Motorizados de California (DMV, por sus siglas en inglés) confirmaron a Reuters que Tesla no ha solicitado los permisos necesarios para operar un servicio comercial de transporte autónomo, ni ante el DMV ni ante la Comisión de Servicios Públicos de California (CPUC), organismos encargados de autorizar tanto las pruebas como la monetización de estos servicios.

Aunque Elon Musk afirmó esta semana, durante la llamada de resultados trimestrales, que Tesla está en proceso de obtener autorizaciones regulatorias en California, Nevada, Arizona y Florida, hasta el momento no hay constancia pública de que haya cumplido con los requisitos legales exigidos en esos estados.

Desde el interior de Tesla, fuentes consultadas por The Information señalaron que el lanzamiento se enmarca en una estrategia más amplia para revitalizar la narrativa tecnológica de la empresa, en paralelo con el desarrollo de su robot humanoide Optimus, cuya producción, no obstante, está muy por debajo de lo prometido. Según ese medio, Tesla apenas ha fabricado “unos pocos cientos” de unidades frente a su meta declarada de 5,000 robots para este año.

La apuesta por los robotaxis responde al cambio de enfoque de Musk ante la erosión del atractivo comercial de la actual gama de vehículos Tesla, con modelos que enfrentan creciente competencia de fabricantes chinos y europeos, así como una menor demanda global.

Aunque Tesla no ha emitido una confirmación oficial sobre el lanzamiento en San Francisco, la posibilidad de que inicie operaciones sin la debida autorización plantea interrogantes sobre el cumplimiento normativo de la empresa, que ya ha sido objeto de escrutinio por la forma en que ha comercializado su software de conducción autónoma bajo el nombre Full Self-Driving (FSD), a pesar de que aún requiere supervisión humana.

El despliegue inminente de los robotaxis en California podría convertirse en un nuevo punto de fricción con los reguladores, quienes ya han mostrado reticencia ante compañías como Cruise y Waymo, ambas obligadas a suspender o limitar operaciones tras incidentes y preocupaciones de seguridad.

Fuentes cercanas al asunto advierten que, sin un marco regulatorio claro ni la autorización explícita del estado, Tesla corre el riesgo de enfrentar sanciones si decide avanzar unilateralmente con su servicio de transporte autónomo.

Para Elon Musk, el robotaxi es más que un producto: es el símbolo de su visión del futuro de Tesla, donde los márgenes de ganancia ya no dependen de vender autos, sino de ofrecer servicios sobre una flota propia alimentada por software propietario. En San Francisco, esa visión está a punto de enfrentarse con la realidad del espacio público, la regulación estatal y la confianza del consumidor.

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