La economía informal creció 4.2% en el cierre de 2024, revela el Inegi: Sinaloa, Guerrero y Zacatecas entre los estados con mayor avance

En el último trimestre de 2024, la economía informal en México registró un incremento de 4.2% a tasa anual, de acuerdo con el más reciente reporte del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), reflejando un fenómeno que continúa expandiéndose pese a los esfuerzos de formalización y los desafíos macroeconómicos.

Según las Mediciones de la Economía Informal Trimestral por Entidad Federativa (MEITEF), el Valor Agregado Bruto (VAB) generado por este sector alcanzó los 6 billones 126 mil 092 pesos, a precios de 2018. Esta cifra muestra no solo su peso estructural en la economía mexicana, sino también su capacidad de adaptación ante un entorno caracterizado por incertidumbre comercial, presiones inflacionarias y bajo crecimiento proyectado por organismos internacionales.

El sector informal, que incluye actividades no registradas ante el sistema de seguridad social o fuera del marco regulatorio fiscal, sigue siendo un refugio laboral en amplias regiones del país, principalmente en aquellas con menor dinamismo industrial o donde el turismo ha enfrentado caídas recientes.

Entre los estados con mayores crecimientos destacan Sinaloa (10.8%), Guerrero y Zacatecas (9.7%), Tamaulipas (8.7%) y Oaxaca (8.6%). En contraste, entidades como Campeche (-15.7%), Quintana Roo (-12%) y Tabasco (-1.5%) reportaron disminuciones, en algunos casos relacionadas con la contracción del sector turístico o por el impacto de la reconfiguración de proyectos energéticos en el sureste.

El sector informal puro —que representa actividades productivas llevadas a cabo en unidades económicas no registradas— concentró el 56.5% del total de la economía informal, con un alza anual del 8.1%. Por su parte, las otras modalidades de informalidad, que incluyen ocupaciones en empresas formales sin acceso a prestaciones laborales, representaron el 43.5% restante, con una ligera contracción de 0.2%.

A nivel regional, entidades como Durango (18%), Guanajuato (15.8%), Colima (14.4%), Michoacán (13.6%) y Oaxaca (13.3%) mostraron incrementos destacados en este sector, revelando una persistente dependencia de esquemas laborales informales en sus economías locales.

En cuanto a puestos de trabajo informales, se contabilizaron más de 16 millones 956 mil personas empleadas en esta modalidad, un marginal crecimiento del 0.1% anual. No obstante, en estados como Zacatecas (11.4%), Guerrero (9.7%), Hidalgo (5.8%), San Luis Potosí (5.1%) y Tamaulipas (3.9%), la expansión del empleo informal fue mucho más pronunciada.

Por otro lado, las remuneraciones en la economía informal mostraron un incremento del 8% a nivel nacional, con aumentos más acentuados en Zacatecas (15.1%), Durango (14.8%), Guerrero (14.7%), Sinaloa (14.1%) e Hidalgo (13.5%).

Estos datos revelan que la informalidad sigue siendo un componente resiliente, pero también estructuralmente problemático de la economía mexicana. Como apuntan analistas consultados por Milenio, su expansión es reflejo de las limitadas oportunidades de empleo formal, las restricciones fiscales, la alta carga regulatoria y la debilidad del tejido productivo formal, particularmente en zonas del sur y centro del país.

En este contexto, la reciente revisión a la baja de la OCDE sobre el crecimiento de México para 2025 (0.4%, la más baja de América Latina) y las tensiones comerciales derivadas de la política arancelaria de Estados Unidos añaden más presión sobre los sectores formales de la economía.

“La combinación de bajo crecimiento, incertidumbre comercial y una demanda laboral insatisfecha en el mercado formal empuja a miles de trabajadores y pequeños emprendedores hacia la informalidad”, señala un economista del sector privado con conocimiento directo de estas tendencias.

Con más de 16 millones de trabajadores informales, el desafío para las autoridades es mayúsculo: lograr una mayor integración de estas actividades a la economía formal mediante incentivos, simplificación administrativa y mayor certidumbre jurídica. Mientras tanto, el crecimiento de la economía informal sigue mostrando que para una parte importante de la población mexicana, esta sigue siendo una vía de supervivencia económica frente a un entorno macroeconómico incierto.