México enfrenta desafío para defender el T-MEC tras elecciones en Estados Unidos
Nacional06/11/2024Industrial InsiderLa reciente elección presidencial en Estados Unidos ha puesto en alerta a México, donde empresarios de comercio exterior consideran fundamental defender el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en sus términos actuales. De cara a 2026, cuando el acuerdo será revisado y posiblemente renegociado, se anticipa un escenario complicado, especialmente si Donald Trump resulta el ganador en esta contienda electoral.
Fuentes señalan que el T-MEC llega debilitado a este punto debido a incumplimientos en ambos lados de la frontera. La administración de Andrés Manuel López Obrador, por ejemplo, infringió algunas disposiciones del tratado con su reforma energética, un conflicto que el gobierno de Joe Biden evitó sancionar, priorizando la cooperación migratoria. Por su parte, México ha preferido no aplicar sanciones a Estados Unidos, pese a ganar en un panel sobre las reglas de origen en el sector automotriz. Sin embargo, un cambio en la Casa Blanca podría significar un giro drástico en esta política de tolerancia.
En 2016, Trump ya intentó eliminar el acuerdo comercial predecesor del T-MEC y, aunque no logró su objetivo, sí impuso revisiones cada seis años. Ahora, en el marco de esta elección, las fuentes anticipan que México podría enfrentar una presión significativa para modificar al menos cuatro aspectos clave del acuerdo: los mecanismos laborales, los requisitos de contenido de origen (particularmente en sectores que excluyen a China), la seguridad y protección al capital estadounidense, así como el control migratorio y fronterizo.
“En caso de que Trump gane, conseguir la ratificación del T-MEC podría ser muy costoso para México, ya que buscará imponer términos más rígidos en temas laborales y de seguridad”, advirtió una de las fuentes, quien pidió no ser citada.
Expertos sugieren que México podría aplicar las lecciones de la administración previa de Trump, enfocándose en concesiones estratégicas que se alineen con las prioridades de seguridad de Estados Unidos. Por ejemplo, podría priorizar la colaboración en temas de control migratorio y limitar la participación de China en sectores estratégicos, como el automotriz.
En cuanto a las relaciones con China, analistas proponen que México presente una política conjunta con Estados Unidos y Canadá en la que se delimiten las áreas en las que se permitirá la inversión del gigante asiático, excluyendo sectores sensibles como la infraestructura fronteriza. Esta postura podría ser anunciada como una política de Norteamérica para reforzar la integración económica regional y la seguridad.
Además, la seguridad es otro tema crucial, especialmente debido al tráfico de fentanilo, que genera preocupaciones importantes en Washington. Ante esto, México podría implementar medidas que fortalezcan la seguridad fronteriza y el combate a este tipo de problemas.
Por último, para asegurar la inversión estadounidense en el país, los expertos recomiendan que México adopte esquemas más robustos de protección al capital extranjero. De acuerdo con uno de los consultados, “se requerirá establecer mecanismos que protejan las inversiones en el marco del T-MEC”.
En conclusión, la elección estadounidense marca un punto de inflexión para México en su relación comercial con el país vecino. Defender el T-MEC en sus términos actuales y adaptar políticas en temas estratégicos serán claves para preservar la estabilidad económica y comercial entre ambas naciones.