En el sector minero de México persiste la incertidumbre sobre el futuro de las concesiones, ya que el número de proyectos mineros se redujo significativamente de 1,218 en 2022 a 762 en 2023, una caída del 37.4%, según datos de la Cámara Minera de México (Camimex).
Raúl García, presidente del Colegio de Ingenieros de Minas, Metalurgistas y Geólogos de México, explicó que aunque el próximo Gobierno tiene planes distintos para el sector, aún prevalece la incertidumbre. "Aún persiste la incertidumbre. Sin embargo, hay cierto optimismo sobre una nueva ley secundaria y mayor apertura", comentó García.
García también reveló que el Gobierno de Claudia Sheinbaum ya ha iniciado diálogos con los principales actores de la industria minera. "El Colegio fue contactado desde finales de agosto por la Oficina de la Presidenta, y hemos tenido conversaciones con el nuevo Gobierno. Hay un diálogo en curso, pero debemos esperar a ver cómo se desarrollan las políticas", señaló.
Asimismo, adelantó que las concesiones mineras podrían ser otorgadas bajo un criterio de "minerales estratégicos", junto con permisos específicos para la minería a cielo abierto.
Por su parte, José Jesús Rodríguez, analista fiscal, mencionó que, según las declaraciones recientes del nuevo Gobierno, es probable que las restricciones a las concesiones mineras continúen en el corto plazo. "Si el Gobierno busca equilibrar el desarrollo económico con la protección ambiental, esto podría traducirse en más restricciones a las concesiones mineras", afirmó Rodríguez.
El analista advirtió que las inversiones, especialmente las extranjeras, podrían disminuir si continúan los factores de incertidumbre política y económica. "Las inversiones son sensibles a cambios en las políticas gubernamentales, como restricciones en sectores específicos, aumentos en la regulación o cambios fiscales", añadió.
Rodríguez también señaló que si el nuevo Gobierno implementa políticas que generen dudas sobre la estabilidad o rentabilidad de industrias como la minería o la energía, algunos inversionistas podrían optar por retirar o reducir sus inversiones, buscando mercados más predecibles o con menos restricciones.