La FDA autoriza a Juul a comercializar sus cigarrillos electrónicos tras años de prohibición y litigios

17/07/2025Industrial InsiderIndustrial Insider
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En un giro significativo para su futuro comercial, Juul Labs recibió autorización de comercialización por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para su sistema original de cigarrillos electrónicos y cartuchos de sabores de tabaco y mentol. La decisión, confirmada este jueves por la compañía a Forbes, representa una rehabilitación regulatoria sin precedentes para una firma que estuvo al borde de la bancarrota tras años de sanciones, litigios y cuestionamientos por su papel en la crisis del vapeo juvenil en EE.UU.

“La FDA decidió que una autorización de comercialización (MGO) para el sistema JUUL era ‘apropiada para la protección de la salud pública’”, declaró la empresa, tras una “rigurosa revisión de los datos”. De acuerdo con el Wall Street Journal, el permiso cubre el dispositivo original y sus cartuchos recargables para sabores limitados a tabaco y mentol, excluyendo sabores dulces o frutales que habían sido centro de la polémica.

La noticia marca un cambio de suerte radical para Juul, cuya línea de productos fue objeto de una orden de prohibición por parte de la FDA en 2022. Esa medida fue posteriormente suspendida por un tribunal de apelaciones, lo que permitió a la compañía continuar vendiendo productos mientras se evaluaba su apelación. No fue sino hasta junio de 2024 que la agencia levantó formalmente la prohibición de comercialización, abriendo el camino a la decisión de esta semana.

El anuncio llega en un momento en que la propia agencia reguladora atraviesa un proceso de transformación. Bajo la nueva dirección del secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., la agenda “Hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable” ha implicado recortes drásticos en el Centro de Productos de Tabaco de la FDA, incluyendo el despido de su director, del jefe de su oficina científica y la eliminación total de su oficina regulatoria, según denunciaron en mayo varios grupos de defensa del control del tabaco.

El resurgimiento de Juul ocurre también tras resolver costosos litigios legales que pusieron en duda su viabilidad financiera. En 2022, la compañía pagó 438.5 millones de dólares en un acuerdo con 33 estados y Puerto Rico, tras ser acusada de haber dirigido su mercadotecnia a menores de edad. También acordó no utilizar modelos menores de 35 años en su publicidad. En paralelo, desembolsó 300 millones de dólares más como parte de una demanda colectiva interpuesta por consumidores.

Desde el interior de la industria, analistas destacan que esta autorización podría permitir a Juul reposicionarse como un actor regulado —aunque aún controvertido— en el mercado estadounidense de productos alternativos al tabaco, ahora dominado por rivales como Vuse y NJOY. A su favor, Juul argumenta que sus dispositivos ofrecen una alternativa menos dañina al cigarro tradicional para fumadores adultos, siempre que se comercialicen bajo estrictos lineamientos regulatorios.

No obstante, las heridas de reputación persisten, especialmente entre legisladores y defensores de la salud pública que acusan a la empresa de haber contribuido a una epidemia de vapeo adolescente en EE.UU. La autorización de la FDA no disipa del todo ese legado, pero sí redefine el marco legal en el que Juul podrá operar de ahora en adelante.

A futuro, el caso Juul será observado como un precedente en el equilibrio entre innovación, regulación y responsabilidad corporativa, en una industria marcada por el escrutinio y la volatilidad normativa. El desafío de la compañía, tras obtener una segunda oportunidad, será ahora demostrar que puede integrarse de forma responsable a un mercado que exige transparencia, control y compromiso real con la salud pública.

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