Weidmann inaugura en Saltillo su planta más grande a nivel global y consolida su apuesta por México

Con una inversión de 30 millones de dólares, la empresa suiza Weidmann Tecnología Eléctrica inauguró oficialmente su nueva planta en Saltillo, Coahuila, marcando un hito en su expansión internacional y en la consolidación de México como un nodo clave para su operación global. El proyecto, conocido como Planta Cerritos, representa la instalación más grande de Weidmann en el mundo, con una superficie de 30,000 metros cuadrados y espacio adicional para futuras ampliaciones.

Desde el interior de la operación se ha confirmado que esta planta tiene como ejes principales la producción de aislamiento para transformadores eléctricos y componentes plásticos de alta precisión para el sector médico, con una capacidad que supera el millón de unidades por día. La compañía estima alcanzar una producción semanal de hasta 100 toneladas métricas en el mediano plazo, lo que supondría casi triplicar la capacidad actual.

El gerente general de Weidmann México, Aldo Ayala Aguilar, destacó que esta nueva etapa no solo refleja una apuesta por la región, sino un voto de confianza en las capacidades técnicas y humanas de la industria mexicana. “Esta planta simboliza un proyecto de largo aliento. Esperamos continuar creciendo, y para ello hemos diseñado este espacio con la capacidad de expandirnos hasta en un 50 % más”, aseguró.

Durante la ceremonia de apertura, Franziska Tschudi Sauber, presidenta del consejo de administración de la firma, subrayó el impacto social del proyecto, con la generación de más de 750 empleos directos en una etapa inicial. Este crecimiento, indicó, tiene como base un modelo de colaboración entre el sector privado, los gobiernos locales y las comunidades.

Desde el Gobierno de Coahuila, Blas José Flores González, jefe de Gabinete y Proyectos Estratégicos, refrendó el compromiso del estado para continuar siendo un destino atractivo para inversiones industriales, incluso en un contexto internacional marcado por tensiones comerciales y políticas arancelarias inciertas. “Proyectos como el de Weidmann reafirman la confianza en la estabilidad de nuestra región y en su potencial de integración a las cadenas de valor globales”, expresó.

Más allá de sus implicaciones económicas inmediatas, la planta posiciona a Saltillo como un polo estratégico dentro de la industria eléctrica internacional, particularmente en la producción de soluciones críticas para transformadores y tecnologías médicas de precisión. Desde la empresa se anticipa que este nuevo centro de manufactura será clave para responder a la creciente demanda de electrificación y digitalización de las redes energéticas.

En un momento donde muchas firmas revisan sus cadenas de suministro por los cambios en el orden comercial mundial, Weidmann apuesta por México no solo como base productiva, sino como socio estratégico para su futuro industrial. El nuevo complejo en Saltillo, construido con capacidad para escalar operaciones y con una vocación global desde su diseño, es una señal contundente del papel que el país puede jugar en la nueva era de manufactura especializada y sostenible.