Nvidia eclipsa las tensiones arancelarias mientras Wall Street apuesta por el largo plazo

10/07/2025Industrial InsiderIndustrial Insider
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A pesar del recrudecimiento de la guerra comercial global impulsada por el presidente Donald Trump, los mercados financieros parecen haber optado por mirar más allá de la niebla geopolítica. En medio del anuncio de nuevos aranceles y señales de desaceleración en las ganancias corporativas, Nvidia se convirtió brevemente en la primera empresa en alcanzar una valoración de 4 billones de dólares, reconfigurando el ánimo inversor en torno a las apuestas estructurales de largo plazo, particularmente la inteligencia artificial.

Con una nueva ofensiva arancelaria en marcha —que incluye impuestos del 50% a las importaciones de cobre y a los bienes provenientes de Brasil, además de aumentos arancelarios a otros 14 países, entre ellos Corea del Sur y Japón— los mercados parecían llamados a la cautela. Sin embargo, el S&P 500 sigue en ruta hacia máximos históricos, impulsado por el peso creciente de las grandes tecnológicas, mientras el Nasdaq marcó otro récord el miércoles.

Esta aparente contradicción entre el entorno macroeconómico y el comportamiento bursátil tiene una explicación: los inversores están priorizando los temas estructurales, como el ascenso imparable de la IA y la transformación digital, por encima de los ruidos de corto plazo. El repunte en el valor de Nvidia, que lidera el suministro de chips de alto rendimiento para IA, es un símbolo de esa narrativa.

Por otra parte, el inicio de la temporada de reportes corporativos del segundo trimestre proyecta un crecimiento del 6% en las ganancias del S&P 500, una cifra que ha sido revisada a la baja en comparación con las expectativas de inicio de año y que representa menos de la mitad del crecimiento observado en el primer trimestre. A pesar de ello, la volatilidad implícita sigue contenida: el índice VIX cayó a mínimos de cinco meses y los mercados de bonos también operan con calma, beneficiados por una sólida demanda.

Desde Bruselas, se conocieron avances en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea. Fuentes europeas confirmaron que podría alcanzarse un acuerdo en los próximos días, especialmente en medidas de protección para la industria automotriz. Esta dinámica refuerza la percepción de que las nuevas tensiones arancelarias se moverán más en la lógica de negociaciones dilatadas que en la de choques inmediatos.

Aun así, la presión inflacionaria permanece latente. El cobre, insumo clave para la manufactura global, se disparó más de 10% en EE.UU. tras el anuncio arancelario, elevando la preocupación por su efecto acumulado en los precios. Mientras tanto, el Yale Budget Lab advirtió que la tasa arancelaria efectiva para los consumidores estadounidenses ha alcanzado un 17.6%, el nivel más alto en más de 90 años.

En el frente monetario, las actas de la última reunión de la Reserva Federal revelaron división interna sobre el momento del próximo recorte de tasas. Aunque el consenso parece inclinarse por esperar mayor claridad respecto a la inflación y el impacto de los aranceles, dos miembros de la Junta estarían a favor de adelantar un recorte. Los futuros de la Fed descuentan con una probabilidad cercana al 80% un primer recorte en septiembre, y dos recortes completos hacia finales del año.

El dólar, tras semanas de avance, retrocedió levemente el jueves, mientras que el euro mantiene una apreciación anual de más del 13%. A nivel global, los mercados bursátiles en Asia y Europa operaron con ganancias, con el DAX alemán liderando el año con un avance cercano al 40% medido en dólares.

A corto plazo, la economía global navega entre señales contradictorias: tensiones arancelarias que podrían presionar los precios, un ciclo de política monetaria incierto y una desaceleración en las utilidades corporativas. Pero en medio de esa bruma, el repunte bursátil —capitaneado por Nvidia y el sector tecnológico— sugiere que los inversores han optado por un horizonte de mayor alcance, donde la revolución de la IA parece pesar más que los vaivenes de la geopolítica.
 
 

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