En el emocionante mundo del nearshoring, México se perfila como un punto clave. Según el Consejo de Empresas Globales, este fenómeno podría generar hasta cuatro millones de empleos y atraer inversiones anuales que oscilan entre 30 y 50,000 millones de dólares para el año 2030. Además, el Producto Interno Bruto (PIB) podría disfrutar de un impulso adicional de hasta un 8% en los próximos seis años, según Banco Santander.
Sin embargo, a medida que el nearshoring gana terreno, surgen desafíos significativos. Hajer Najjar, directora general de la CCI France México, señala que uno de los retos más destacados radica en los altos costos de energía y la falta de disponibilidad de energías renovables en México. Durante los últimos 18 años, los costos energéticos en el país han experimentado un crecimiento mucho más pronunciado en comparación con los países asiáticos.
Karen Lellouche, directora ejecutiva y socia principal de Boston Consulting Group, aclara el concepto del nearshoring: se trata de ubicar la producción empresarial en países cercanos a los clientes, buscando reducir costos. A veces se le denomina "friendshoring", y se centra en la idea de localizar la producción de manera cercana, económica y con menor exposición a riesgos geopolíticos.
Principalmente, esta tendencia involucra a empresas con operaciones en Estados Unidos que optan por trasladar sus plantas a México para aprovechar los beneficios del T-MEC, lo que les permite reducir costos y evitar cargas aduaneras. Ya sea para establecer nuevas plantas considerando múltiples países en todo el mundo, incluido México, o para aumentar la capacidad de producción ya existente en el país.
A la hora de tomar decisiones sobre la ubicación de la producción, las empresas consideran diversos factores, que incluyen costos laborales, logísticos, y de producción, así como los relacionados con aduanas. Sin embargo, también se están volviendo más conscientes de aspectos más allá de los costos, como los riesgos logísticos y geopolíticos, así como la sostenibilidad, un factor que está reconfigurando las cadenas de suministro a nivel global. El camino del nearshoring se presenta prometedor, pero se avecinan desafíos y oportunidades para México en este apasionante viaje.