
Intel tropieza con su tecnología 18A: bajo rendimiento amenaza el éxito de su chip clave y su futuro en la manufactura avanzada
05/08/2025

Intel enfrenta un serio obstáculo en su carrera por recuperar el liderazgo en la fabricación de semiconductores avanzados: su nuevo proceso 18A, piedra angular de su plan de resurgimiento, está mostrando un rendimiento muy por debajo de lo esperado en las pruebas iniciales. Según fuentes cercanas al asunto citadas por Reuters, menos del 10% de los chips Panther Lake fabricados bajo esta tecnología cumplen actualmente con los estándares necesarios para ser comercializados, una cifra muy por debajo de lo requerido para una producción rentable a gran escala.
El proceso 18A es la gran apuesta de Intel para competir con el gigante taiwanés TSMC. Ha supuesto inversiones multimillonarias en fábricas y nuevas tecnologías, como transistores de próxima generación y una arquitectura de suministro energético mejorada. Pero la complejidad de estos avances técnicos parece estar superando la capacidad de Intel para implementarlos en el agresivo calendario propuesto.
Si bien la empresa asegura públicamente que Panther Lake —un chip para laptops de gama alta— está “completamente encaminado” para su producción a gran escala en 2025, datos internos revelan que solo alrededor del 10% de los chips cumplen hoy con sus especificaciones. El umbral tradicional de rentabilidad para Intel ronda rendimientos del 70 al 80%, lo que pone en duda la viabilidad financiera del proyecto en su estado actual.
El director financiero de Intel, David Zinsner, reconoció en entrevista que los rendimientos “deben mejorar”, aunque defendió el progreso reciente y restó validez a las cifras filtradas. No obstante, la compañía se negó a divulgar el dato actual de rendimiento, y las fuentes indican que incluso los métodos de cálculo utilizados por Intel podrían inflar el porcentaje real, al incluir chips parcialmente funcionales.
La presión es alta: el CEO Lip-Bu Tan busca posicionar a Intel como una fundición competitiva a nivel global. Pero sin un producto interno exitoso como vitrina tecnológica, el interés externo por su naciente negocio de fabricación por contrato podría diluirse. En ese contexto, Panther Lake es más que un producto; es una prueba de concepto para todo el modelo de negocio futuro de Intel.
Internamente, se considera que alcanzar niveles de producción rentable este mismo año sería extremadamente difícil sin una mejora abrupta del rendimiento. Según las fuentes, los chips Panther Lake presentan hasta tres veces más defectos por unidad de área que los estándares aceptables para una producción de alto volumen.
El riesgo de esta apuesta técnica ha llevado a algunos expertos a describir la estrategia como un "pase Ave María": una jugada desesperada y ambiciosa. Aún así, Intel no muestra señales de retroceso. Durante el evento Computex en mayo, exhibió prototipos de laptops con estos chips, y en abril anunció el inicio de la “producción de riesgo”, una fase previa a la fabricación comercial.
Pero el camino está lejos de ser claro. La empresa ha advertido que, si no logra atraer suficientes clientes externos para su futura tecnología 14A —el sucesor de 18A—, podría abandonar por completo la manufactura de chips de vanguardia. Sería un giro drástico para una firma que históricamente ha definido el ritmo de la Ley de Moore.
Por ahora, Intel sigue dependiendo parcialmente de TSMC para fabricar algunos de sus chips más avanzados, incluido el futuro Nova Lake. La promesa de revitalizar la manufactura de semiconductores en Estados Unidos aún está viva, pero su éxito dependerá de que Intel logre cerrar una brecha tecnológica que hoy se mantiene más abierta que nunca.





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