Furor por el iPhone 17 en India revela el nuevo eje de poder industrial y geopolítico de Apple

19/09/2025Industrial InsiderIndustrial Insider
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Miles de personas congregadas desde la madrugada, largas filas en las calles de Nueva Delhi y avalanchas en la tienda insignia de Bombay: el lanzamiento del iPhone 17 este viernes desató un entusiasmo masivo en la India que trasciende la mera demanda de consumo. La escena no solo simboliza el poder aspiracional del producto estrella de Apple, sino también el reposicionamiento estratégico del país asiático como centro neurálgico para la industria tecnológica global.

En el complejo financiero Bandra Kurla de Bombay, el caos por ingresar a la tienda dejó imágenes de empujones y multitudes desesperadas por conseguir el nuevo dispositivo. En Nueva Delhi, decenas de personas acamparon durante la noche frente a la Apple Store, mientras el caso de un joven que esperó 21 horas para comprar el nuevo modelo se viralizaba como expresión del fervor colectivo. El fenómeno no es nuevo, pero su escala y contexto actual lo elevan a un plano geopolítico y económico más amplio.

Apple ha hecho una apuesta explícita por la India como plataforma de producción global, un movimiento clave dentro de su estrategia de diversificación frente a la creciente incertidumbre en China. Según ha confirmado la propia empresa, todos los iPhone vendidos en EE. UU. serán ensamblados en la India a partir de 2026. Su proveedor principal, Foxconn, ya anunció una inversión de 1,500 millones de dólares para levantar una planta de última generación en Tamil Nadu, al sur del país.

Sin embargo, esta expansión ocurre en un entorno geopolítico cada vez más tenso. En agosto, el presidente Donald Trump impuso aranceles del 50% a productos indios, en represalia por la compra de petróleo ruso por parte de Nueva Delhi. Aunque los teléfonos móviles fueron exentos del gravamen, el presidente estadounidense advirtió que podría aplicar un arancel del 25% a los iPhone ensamblados en la India y exportados a EE. UU.

“No quiero que construyas en la India. Ya aguantamos las fábricas en China. Ahora queremos que construyas aquí, en Estados Unidos”, sentenció Trump en mayo, en un claro reproche a la política de externalización de Apple y a su CEO, Tim Cook, quien ha defendido públicamente la necesidad de una cadena de suministro global, flexible y diversificada.

En una conferencia reciente con inversionistas, Apple reconoció que la mayoría de los iPhone que se venden actualmente en EE. UU. ya provienen de India, lo que aumenta la presión ante una eventual imposición de aranceles. Tal escenario no solo elevaría los precios para el consumidor estadounidense, sino que también podría tensionar aún más las relaciones comerciales entre ambas potencias, que alcanzaron los 118,000 millones de dólares en comercio bilateral el último año fiscal, con un superávit de 35,000 millones a favor de India.

Para Apple, la India ya no es solo un mercado de alto crecimiento —generó ventas por casi 9,000 millones de dólares en el último ejercicio—, sino una pieza crítica en la reconfiguración de su modelo de producción global. En este contexto, el iPhone 17 ha dejado de ser simplemente un nuevo lanzamiento: se ha convertido en símbolo de la intersección entre consumo, política industrial y rivalidad geoestratégica.

Mientras las tiendas se llenan y los consumidores celebran, en los despachos de Washington y Nueva Delhi se juega una partida mucho más compleja, donde el dispositivo más deseado del mundo es también un termómetro del nuevo orden tecnológico global.

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