La actividad manufacturera de China cayó por cuarto mes consecutivo en julio, aunque a un ritmo más lento, mostró el lunes una encuesta oficial de fábricas, lo que refuerza la necesidad de mayores políticas de apoyo para impulsar la demanda interna.
El índice oficial de gerentes de compras (PMI) se situó en 49.3 puntos, frente a los 49 de junio, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística, manteniéndose por debajo de la marca de 50 puntos que separa la expansión de la contracción según una base de comparación mensual. El resultado también superó por poco la previsión de 49.2.
La segunda economía más grande del mundo creció a un ritmo lento en el segundo trimestre, ya que la demanda se mantuvo débil en el país y en el extranjero, lo que llevó al Politburó -un órgano superior de toma de decisiones del gobernante Partido Comunista- a describir la recuperación económica como “tortuosa”.
El presidente chino, Xi Jinping, afirmó que el país alcanzaría sus objetivos anuales de desarrollo, informaron medios estatales la semana pasada. Sin embargo, los analistas advierten que el país podría incumplir por segundo año consecutivo su modesto objetivo de crecimiento de en torno a 5 por ciento para 2023 en caso de que la economía siga perdiendo impulso.
China aplicará ajustes macroeconómicos “de forma precisa y contundente” y reforzará los ajustes anticíclicos, mientras el gobierno mantiene una política monetaria prudente y una política fiscal proactiva, dijo el Politburó la semana pasada.
Muchos analistas opinan que es improbable que las autoridades apliquen un estímulo agresivo debido a la preocupación por el creciente riesgo de endeudamiento. Atribuyen la reciente ausencia de anuncios importantes a la falta de urgencia y a la dificultad para encontrar ideas de políticas adecuadas.
El PMI oficial no manufacturero cayó a 51.5 desde 53.2 en junio, mientras que el PMI compuesto, que incluye tanto la actividad manufacturera como la no manufacturera, se situó en 51.1 desde 52.9.